Llega septiembre y llegan los comienzos.
Hace ya muchos años que los meses de septiembre se convierten en los meses de más trabajo físico y mental. Es como poner el contador a 0 y esperar a que llegue junio. Los docentes somos así, no estamos pensando en las vacaciones de navidad, es que directamente nos vamos al 30 de junio, que es cuando acaba nuestro año y paramos (a veces, porque siempre estamos inventando) en verano para recargar pilas.
Hace muchos años tenía un blog, que se llamaba Hay margaritas en mi balcón, un blog que comenzó como vía de escape para aquella recién iniciada maternidad tan distinta a la que me había creado en mis mejores pensamientos. Aquel blog era para mí un blog en el que me mostraba tal y como era, donde soltaba lo que sentía, sin miedo al qué dirán. Este blog, con el que llevo ya varios años, surgió a raíz de ése otro blog, porque me encansillé, de algún modo, en la temática crianza. Repasando un poco el contenido de este blog me he dado cuenta de que el tema maternidad ha ido dando paso a otras temáticas, más centradas en mi profesión y en los libros infantiles. A menudo pienso que debería cerrar este blog y abrir otro, con una temática más definida, pero es que al final, un blog va creciendo contigo. Al igual que tu familia, tu casa, tu persona,... crece, el blog va de forma paralela.
Llevaba mucho tiempo que mis actualizaciones se limitaban a una reseña de editorial o a un post de opinión. Y sé, de veras que lo sé, puedo hacer mucho más que eso.
Pero ahí entra la dinámica y la inercia de la vida. Voy avanzando, voy creciendo... pero me dejo el blog atrás. Y no quiero. No quiero porque, en el fondo, sé que esto es un pequeño "legado", para mis descendientes y para quien, de algún modo, pueda leer/descubrir/apuntar algo que le sea útil.
Tengo un proyecto en mente que sé que llegará a salir, pero también soy consciente de mis limitaciones o, más bien, de mi tiempo real para dedicar a la creación.
Ayer (u hoy, ya no sé ni en qué día estoy y debería) vi que Madresfera ha montado uno de sus famosos carnavales de post. Y gracias. Gracias porque esas acciones hacen que yo esté aquí plantada delante del ordenador (con una mano, que la otra la tengo pachucha) para contaros un poco ese volver a empezar...
Atención a la palabra "volver"... es que me veo hace 10, hace 7, hace 3, hace 2 años... (gracias facebook) en aquellos post en los que hacía ese pequeño comentario "mañana vuelta a la rutina","vuelvo al mismo cole","vuelvo a Málaga",... todo es volver. Y aunque pueda parecer monótono, siento deciros que un maestro/a no se siente así por mucho que repita en el cole, porque, menos mal, nuestros alumnos/as van digievolucionando con nosotros. Y qué bien. Y aunque pasen años y años... cada curso es un volver a empezar.
Este verano en casa ha sido catastrófico a nivel organizativo (en otros aspectos también, pero quien quiera saber mis mierdas, que me escriba al whatsapp y se pone al día - un abrazo a todos los que saben mis mierdas porque significa que estáis ahí siempre, susquiero-). Volver a empezar en septiembre... va a ser un triple salto mortal sin medalla de oro ni ná. Entre el preadolescente, el mediano y la pequeña (que ya no es tan pequeña, que pasa a primero por diooorrrr) estoy bastante aterrada con la vuelta. Sí, acojoná como quien dice. Porque una es muy organizá, pero cuando te pilla el toro... el toro, la vaca, el caballo y toda la granja de Pepito ía, ía, oh... pues te pilla bien.
Podría empezar a decir cosas que debería haber hecho, y luego buscar a mi amigo Marty para que me lleve al día 1 de julio para organizar todo este caos (lo abrazo, Mónica, lo abrazo... pero es que no me dan los brazos para sujetarlo).
Para empezar... los temidos HORARIOS... normalmente no me dan las 9:30 en la cama en verano, pero... será la edad o a saber qué... este verano mi despertador interno, que durante el año se activaba a las 6:10 (mi despertador sonaba en teoría a las 6:16) en verano se ha escacharrao... Totalmente. Nos hemos pegado maratones de ver pelis y series hasta las 3-4 de la madrugada... por lo que estar en pie a las 8... complicado (pocos desayunos en soledad he tenido este verano). Los niños se han despertado de forma escalonada, ahí, para complicar un poco más. El mayor se ve que está en esa época de "necesito dormir porque soy preadolescente" o algo así porque no aparecía por el salón antes de las 10:30/11... Costaba mucho arrancar para cualquier actividad...
Necesitamos un periodo de adaptación que no hemos hecho, así que FATAL. Menos -1 para mí.
El ORDEN en casa, caos de nuevo. En verano hice un "merikondo" en la habitación de la niña, pero en la de los niños no he podido/querido. Así que a ver cuando lleguen unos días seguidos me puedo meter en la leonera...
Los Menús... hasta que no sepamos los horarios va a estar complicado.
Actividades extraescolares... BUUUMMMM. A la espera de horarios de: dos conservatorios de música, actividades para la pequeña, catequesis, ...
A todo ello le sumo que los jueves a partir del día 9 los tengo de 5 a 9 ocupados sí o sí.
Algo que creo que viene muy bien (y nos va a venir muy bien) es una ayuda extra para la limpieza de la casa, así que es algo que ya tenemos programado y que alivia la carga física y mental de cualquier hogar con ambos trabajando y tres niños... +1 para mí.
Y podría seguir diciendo más cosas pero... mi tiempo limitado y dedicado al blog se acaba de terminar.
Seguiremos informando.
Ceci