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22 de agosto de 2024

Nunca he saltado a la piscina

 Así es. Nunca he saltado a una piscina. Ni al mar ni a ningún lugar en el que pudiera hundirme en el agua si saltase. 

Llevo unos días dándole vueltas a esa afirmación. Es real, nunca he dado un salto para entrar a una piscina, no he saltado de ningún hidropedal con tobogán. Siempre me ha dado miedo no hacer pie en el mar o en una piscina. Porque no sé nadar bien. No puedo bucear y no puedo sumergir la cabeza en el agua sin pinzarme la nariz. En cambio mis tres hijos saben nadar perfectamente, bucean, se tiran de donde haga falta. Yo voy a un parque acuático y si me subo a alguna atracción lo paso muy mal. Por eso, la última vez que estuve, me quedé en las piscinas. Si hasta la piscina de olas me da miedo... 

En mis pesadillas, esas que se repiten de vez en cuando. las peores llevan incluidas olas gigantes del mar. 

Me encantaría hacer un crucero, pero sé que dormiría con un chaleco salvavidas. Supongo que cuando era pequeña nadie me enseñó a nadar (y eso que acampaba en la playa -cuando no era ilegal-) y de mayor tampoco le puse mucho interés. 

En las piscinas raramente me veréis donde no hago pie (bueno, eso con 20 años era impensable) pero me veréis por los bordes de la piscina. Y en la playa, si hay olas, no me meto. Así es mi vida.

Pero, si nos vamos a la frase hecha "tirarse a la piscina", de eso sí que sé y mucho. Fui una madre joven, poco antes de cumplir los 26 me quedé embarazada de mi hijo mayor, eso sí que fue tirarme a la piscina de cabeza y con ropa... Luego decidimos aumentar la familia hasta llegar a tres hijos. Eso también, en los tiempos en los que estamos, es tirarse a la piscina. 

El caso es que, veo cómo va pasando el tiempo tan rápido... Mis hijos van creciendo, la "pequeña" tiene casi 9 años y el mayor casi 15. Este curso voy a tener 2 hijos ya en el instituto. Que se dice pronto. 

Y yo me veo cada vez más mayor sin en realidad serlo. 

Estas vacaciones han sido, al menos para mí, un tanto extrañas. Había hecho planes que no se han cumplido (no por mí solamente) y quizá me habría gustado hacer un poco más de vida "social". Veo por las redes que la gente sale una barbaridad, y yo he sido incapaz de quedar con mi grupo de amigas de toda la vida para tomar un simple café. He conducido muy poco este verano (este curso lo voy a recuperar, no pasa nada) y, a 10 días del final de las vacaciones, me entra un poco de pánico escénico con el próximo curso. ¿Lo haré bien con la tutoría? ¿Seré capaz de compaginar todo? ¿habré hecho bien en elegir un colegio lejos pudiendo estar cerca? ¿seguiré siendo creativa? ¿podré hacer algún curso de formación sin que ello suponga un estrés? ¿podré tener algo de vida familiar y social?

Son muchos los interrogantes y los miedos. 

A veces las cosas más bonitas están al otro lado del miedo. 

imagen generada con IA



5 de noviembre de 2022

10 minutos para mí

 Que dice un buen amigo mío que si saco 10 minutos al día para mí...

HAHAHAHA.


Según el diccionario....

nombre femenino
  1. 1.
    Pensamiento o consideración de algo con atención y detenimiento para 

  2.  estudiarlo o comprenderlo bien; 
    "después de una profunda meditación había decidido aceptar"

  3. 2.
    Oración o rezo que se hace en silencio, o reflexión intimista sobre algún 
    tema espiritual o 

  4. trascendente; "los místicos y los ascetas se dedican a la meditación".

Soy una madre taxista, me falta añadir el taxímetro al coche para hacerlo más real... Y no, no sé qué es eso de los 10 minutos para mí, o quizá, no tengo muy claro a qué se refieren esos 10 minutos. 
Que tengo últimamente muchos despistes, lagunas mentales, incapacidad para hacer dos cosas a la vez y agobios por ello, eso lo sé. Que me tengo que repetir mentalmente las cosas 25 veces para que no se me olviden, que tengo unos lapsus muy poco propios de mí... En definitiva, no es que no tenga 10 minutos al día, es que no sé dedicarlos a mí. 
Ayer por la tarde, después de taxistear con los niños para llevarlos a actividades y vuelta, me puse un café en mi taza nueva (¿a que es bonita?) y también me agencié unos bollitos mediasnoches con paté y queso (sí, para la dieta que no hago) mientras me sentaba en el salón, mirando por el ventanal del salón la ventolera que hacía ayer en Málaga, saboreando mi café con leche y una poca de azúcar, a la vez que escuchaba a mi hija y su amiguita del cole jugar muy distraídas y a mi mediano jugar un rato con la switch.  Que no fue meditar... pues no sé, porque consideraba con atención pero no para comprenderlo bien, que ya era viernes y tocaba parar un poco. Que a los 5 minutos me escribía mi hijo mayor para decirme que le estaba empezando a doler la cabeza y que tenía que ir a recogerlo antes... 
Ya lo he contado varias veces y lo cierto es que me relaja conducir, en algunos momentos, esa relajación pasa por poner la música que a nadie le gusta a toda pastilla con las ventanillas bajadas, otras por ir completamente en silencio escuchando los sonidos de mi coche que ya tiene 11 años y no precisamente bien..., otras escucho con atención Radio Nacional de España, que ayer hablaban sobre que hay que comer más verduras y menos carne... Lo que pasa es que como ando tan despistada ahora, aunque me sigue relajando, ya no es tan placentero. Ayer intenté que fuese lo más relajado posible, por lo que salí antes de que me avisara, para ir de forma tranquila los 14 minutos de trayecto. 
Estoy aquí escribiendo, pero no estoy aquí. Estoy delante del ordenador soltando ideas tal cual salen, pero a la vez estoy escuchando la lavadora, con las sábanas que ahora tengo que colgar en el tendedero, que hace sol, esperando que suene el sonidito que indica "Ceci, abre la lavadora y tiéndenos"... y ahí está... ya ha sonado, por lo que ahora debo acabar de escribir y ponerme a cumplir con la rutina sabadil (esta palabra no existe ¿verdad?) porque quiero poner otra lavadora más (es lo que hay los fines de semana) y también quiero hacer una tortilla de patatas porque, eh... la prometiste la semana pasada y no la hiciste (palabras textuales) y es que, a lo mejor no sé hacer muchas cosas bien, pero la tortilla no es una de ellas. 
Creo que he tardado más de diez minutos en escribir esto, no sé si cuenta como 10 minutos para mí, amigo. 
A lo mejor puedo hacer cada sábado esos 10 minutos para mí escribiendo en el blog... No sé... no sé... mientras cuelgo las sábanas quizá madure este pensamiento...
Sed buenos y sacad 200 minutos para vosotros/as. 





29 de octubre de 2022

¿A quién le da la vida?

 Quienes me conocen y tienen a bien saber de mi vida personal, saben mi situación actual. 

Pues bien, últimamente veo por todas partes la frasecica "NO ME DA LA VIDA", frase que he usado un pilón de veces pero que, al final, sí me daba la vida para hacer muchas cosas... pero, oh, oh... esos momentos de sí que me daba la vida en realidad era un más bien "se me va la vida" y en esos pequeños momentos que tengo últimamente de reflexión (que ya quisiera yo que fueran de meditación) me pregunto el por qué ahora soy incapaz de hacer varias cosas a la vez sin pifiarla. 

Y es que sí, ahora no me da la vida... 

La vida es eso que va pasando mientras a ti no te da tiempo a vivirla, así, tal cual. Seguro que de esto han hablado ya muchas personas, habrá libros dedicados a la organización, bla bla... Mira, pues yo he llegado a mi límite. 

¿Acaso será que en vacaciones mi mente ha desconectado TANTO que no soy capaz de hilar nada? Que todo me cuesta horrores en el trabajo, en casa, en mi mente. Es como si mi cuerpo fuera a un ritmo distinto a como lo hacía antes. ¿Será que he dejado el café de la tarde? ¿Será que a partir de mi edad ya todo se hace cuesta arriba? ¿Será que de manera inconsciente mi cuerpo dice que no se me ocurra meterle más caña? 

Así que ahora me veo y me siento (de sentir) cual abuela de 75 años... Eso es... 

Estoy de la rodilla fatal, de la memoria fatal, de coordinación regular, de agilidad mental de pena... Y no es que no me dé la vida... la vida me da pero a un ritmo muy distinto. Tanto como que me está costando mucho escribir ahora esto, porque no me concentro, porque si alguien entra en la habitación ya mi mente se disipa... No recuerdo lo que comí ayer ni cosas importantes a las que tengo que atender, y ello deriva en un malestar general que hace que me encuentre peor aún. 

¿Motivos? Fisiológicos en proceso de determinación, ya sabéis cómo van las cosas de palacio en cuanto a las pruebas médicas... y motivos psicológicos pues... no sé, quizá el estrés acumulado, las preocupaciones, las inseguridades, los miedos, las decepciones... no sé... puede ser cualquier cosa. Que si le sumas también el añadido de que tienes hijos en edad intensa... pues todo se multiplica, en este caso por tres. 

Que si te organizas todo va saliendo, lo sé. Y que hay que sacar tiempo para lo que te gusta, lo sé también. 

Que estoy aburrida de la ropa de verano, también. Que necesito el frío y el invierno. 

Los tés en la tetería o en casa, el abrigo y el jersey. Que se haga pronto de noche, que te dé frío en la ducha, que te tapes con el edredón y tengas los pies fríos para cabrear a tu parejo, que quiero mi bata azul, mi calcetines y zapatillas calentitos, que quiero usar el paraguas de Mary Poppins, que quiero el frío en mis cristales, usar bufanda y cuello vuelto, el babero de manga larga, las botas marrones y el panetone. La mantita en el sofá, los cinco minutos más los sábados por la mañana... 

Y hasta aquí este post churro de hoy, que como viene un puente para descansar pues me ha dado un huequito para escribir...

Sed buenos y buenas y dedicar tiempo a lo que de verdad importa, y a los amigos que de verdad están ahí, ya los conozcas desde hace un año o desde hace 20. 




7 de mayo de 2022

Nos gustan tus zapatos de mariposas

No tengo nada nuevo que contar ni tampoco estoy con los ánimos por las nubes. Pero como es mi blog, y aquí escribo lo que pienso, siento y necesito soltar, pues lo hago. 

El viernes en clase lloré, los niños no se dieron cuenta porque me di la vuelta, pero me notaron distinta (oí a una decir "vamos a decirle a la seño que nos gustan sus zapatos de mariposas"); por lo que algo notaron. 
Aunque este curso estoy cerca de casa, se me está haciendo eterno. 
Al igual que el curso pasado se pasó volando, este parece que va a cámara lenta desde diciembre. Al menos para mí. 
Después de pasar el Covid por casa, de reventar físicamente la cintura con lumbalgia, buscar ayuda en la osteopatía... me he dado cuenta de que aún sigo ahí. Y digo aún, porque de momento, con achaques, sigo. Y sigo porque me gusta mi trabajo, aunque se diferencie en mil cosas de lo que podía hacer el curso pasado, pero ahí sigo. Con las miras puestas en el día 30 de junio a las 14:00 de la tarde, donde pueda decir adiós a una etapa un tanto extraña, solitaria y desgastadora en tantos niveles. Este curso no es que lleve muchas cosas para adelante, no. No es eso. Es la dificultad de no poder cambiar ciertos aspectos educativos porque "la norma" así lo exige. Y quienes hacen esas normas o protocolos, o sencillamente esos patrones que las maestras de a pie sabemos que no sirven... sinceramente, deberían pasar no una semana, sino solo 5 horas seguidas en mi aula (o en la de tres años, que también tiene "miga"). Es muy fácil orientar y decidir desde fuera (para todo en la vida, no solo para el ámbito educativo) pero muy difícil escuchar a quien te cuenta la realidad. Y la realidad de mi aula es cuanto menos desoladora... Un aula de la que me llegaron a decir "está maldita" "la peor clase del cole"... y bueno, sé que llegar la última, provisional y demás es lo que tiene... te dan lo que no quiere nadie, y no juzgo, cada cual sabe cómo debe, quiere o puede hacer las cosas, pero creo que para asignar a un docente a un aula con las características que tiene la mía, qué mínimo saber si a esa persona se la ha preparado mental y en este caso, físicamente también, para asumir la responsabilidad, además de tener la formación específica en el trastorno del espectro autista o haber tenido experiencia en esa parcela educativa. Pero bueno, DE TODO se aprende. Y este curso para mí está siendo de APRENDIZAJE. Qué distinto es cuando tienes la posibilidad de pedir algo para mejorar, qué diferencia es sentirse respaldado en un centro... qué diferencia supone trabajar en cooperación y en equipo... Y claro, una que venía de un colegio en cuyo claustro final solo hubo palabras de agradecimiento de unos a otros... pues darse con un muro de individualidad no es mi estilo. Creo que los colegios son como los grupos de amigos, pueden ser grandes y existir el buen rollo o pueden ser pequeños y no tener tanto feeling. El caso es que, ya para ir terminando este monólogo sin pies ni cabeza (porque no se puede contar todo, al menos no todo lo que me gustaría de momento...) solo quedan 7 semanas con este grupo, que además acaba etapa y pasa a primero y 8 para estar de vacaciones.  8 semanas... 



20 de septiembre de 2018

Diario de aprendizaje II. Reto lector.

1.¿Qué limitaciones lectoras encuentran nuestros alumnos?
    Para poneros en situación os diré que trabajo en tres centros y uno de ellos es un centro de compensatoria, por lo que cuando doy mi punto de vista siempre será desde la realidad de mis aulas. 
   En primer lugar mi alumnado presenta muchas carencias físicas y sociales. Me entristece muchísimo que cuando les pregunto por cuántos libros tienen en casa algunos han llegado a contestar que uno o ninguno. Por tanto una primera limitación que creo que podría darse sería una limitación familiar y del entorno cercano durante la etapa infantil. Como segundo punto, creo que, a pesar de tener ingresos escasos, nunca se destina en casa a cuentos; el interés podría darse si hicieran uso de las bibliotecas públicas donde los alumnos y alumnas pueden llevarse incluso libros a casa. 
     Por tanto, creo que estas limitaciones en la mayoría de los casos responde a un agente externo y familiar. 

2. ¿Qué espacios ofrecen los nuevos formatos lectores?
     Podemos leer desde una etiqueta hasta una novela. Hoy día nos vamos a encontrar una literatura más inmediata, la “tuiteratura” que nos vamos encontrando en la red social Twitter es asombrosa.      Decir muchas cosas en pocos caracteres, usar los gifs como apoyo visual a lo que leemos... 
    Ahora leemos el periódico en nuestros móviles o tabletas, tomamos notas en nuestras agendas digitales, escribimos trabajos con herramientas de elaboración de textos…
     Encontramos también blogs de escritores, cuentas de Instagram donde posteamos y escribimos a menudo pequeñas historias hechas de momentos. Y desde hace ya algunos años los libros digitales se han ido posicionando entre los lectores con poco espacio físico en casa. En resumen, podemos encontrar muchos sitios donde la literatura se nos muestra en diversos formatos.

3. ¿Qué competencias lectoras debemos potenciar en nuestros alumnos?
Entre las que considero más importantes están:
- Distingue y sabe diferenciar el tema que trata un texto cualquiera.
- Sabe distinguir el estilo en el que está escrito el texto: un cuento, una poesía o poema, cómic…
- Comprende el vocabulario del texto y tiene interés en buscar el significado de las palabras nuevas y desconocidas.
- Es capaz de imaginar o dibujar algo descrito en el texto.
- Identifica y ordena en forma de secuencias el inicio, cuerpo y conclusión del texto.

4. ¿Cuáles son las temáticas lectoras que motivan a nuestros alumnos?
Suelen resultar muy motivante aquello que visualmente les llama la atención. Tenemos muchos libros llevados a la gran pantalla y grandes ilustradores que consiguen llenar de color aquellas historias que tanto les gusta.
Capitán Calzoncillos tiene su serie televisiva, Los futbolísimos acaban de estrenar una película, podemos ver a sus personajes favoritos de los libros en muchos de los objetos que usan en su vida diaria, como son la ropa, calzado, mochilas… 
Todo lo que sea cercano al alumnado, todo lo que lleve a la fantasía, la magia por ejemplo es algo que les motiva de una forma especial… Todo lo “súper” también está de moda.

5. ¿Qué oportunidades lectoras usamos como estrategias de fomento lector?
Dependiendo del nivel del alumnado al que doy clase, educación infantil en gran medida, uso como estrategias la motivación. A los niños/as les llama mucho la atención encontrarse con letras y palabras en cualquier lugar, la ropa, las mochilas, los carteles del colegio, las marquesinas por la calle, los escaparates… partiendo de un interés por el mundo de las letras, se puede llegar a un gusto por saber y conocer nuestro abecedario, pequeños poemas, refranes, retahílas… A mí personalmente me gusta mucho llevar álbumes ilustrados a clase, pequeños textos con grandes dibujos. Además, muestro el libro grande (una novela, o un cuento sin dibujos) que suelo llevar encima para que con el ejemplo también se interesen. 

6. ¿Cuáles son los retos lectores que nos proponemos a nivel de centro, aula y entorno?
Nivel de centro: conseguir que el alumnado de segundo y tercer ciclo se interese por la biblioteca de centro, que acuda a ella en busca de información o solo por el gusto de leer. Conseguir que el número de préstamos de alumnos/as aumente en esos ciclos, en calidad y en cantidad.
Nivel de aula: Que se haga uso diario de las bibliotecas de aulas, en las que este curso estamos poniendo mayor interés. Que exista rotación de libros entre los distintos cursos del mismo nivel.
Nivel del entorno: insistir a las familias en que conozcan la biblioteca pública y cómo usarla, que en casa les den importancia a la lectura, que lean con ellos en casa, que colaboren en las actividades que se realizan en el centro a través de la biblioteca, invitar a los familiares a que vengan a clase a contar un cuento o a leerlo.

    Por tanto ¿cuáles son los retos actuales? El más importante que creo que hay que llevar a cabo es de actualizarnos. No podemos hablar de literatura contemporánea si no conocemos las nuevas tendencias en este mundo. Aprender, conocer, manejar y llevar a la práctica con nuestro alumnado. Creo que no consiste en poner al libro en papel por encima de todo. En muchas ocasiones escucho a padres y madres que se "quejan" de que sus hijos adolescentes sólo leen cómics, y yo les suelo decir "pero por lo menos, LEE". Creo que lo importante y la esencia de los retos que nos planteamos es hacer ver a los alumnos y alumnas que la lectura y la literatura es un elemento que nos va a acompañar a lo largo de nuestra vida, sea en el formato que sea, pero algo fascinante. Quienes amamos la lectura, la practicamos de cualquier forma, en el móvil, en la tablet, en el ordenador, en redes sociales... y por supuesto en papel... ese olor a libro nuevo o a libro antiguo... 



5 de mayo de 2017

¿En qué momento dejamos de correr como niños?

Llevo dándole vueltas a esta pregunta un tiempo...
Por diversos motivos (que no voy a destapar aquí) hace mucho tiempo que no corro, deportivamente hablando. Pero ¿cuándo dejé de correr como cuando era niña? ¿en qué momento nos da ese chispazo desilusionador?
¿Por qué dejamos de correr como niños?
Y la pregunta hay que hacérsela a los niños, ¿no? Oye, ¿tú por qué corres? Porque estoy jugando, porque me lo paso bien, porque es divertido... Y es que llevan toda la razón del mundo. Me considero divertida (en mis círculos/zona de confort, claro) y si soy divertid¿por qué ya no corro para divertirme? ¿Será que estoy atrofiada? Puede ser que me falte un poco de aceite en los engranajes, pero los mecanismos que realmente hicieron que dejara de correr como una niña sólo están en mi cabeza. Y no mola nada.
Para quienes conozcáis la serie Friends (y los que no, haré como si sí) un día Phoebe (en inglés of de mountais es Fibi) y Rachel (en i.o.d.m. es Reichel) salen a correr juntas, y Rachel se avergüenza de su amiga porque "no sabe correr y corre muy raro", si conocéis a este personaje sabéis que es bastante rara, lo cual es lo más bonito que tiene... pero ¡¡es que tiene razón!!
Mirad el video y veréis que sus caras cuando corren "a lo Fibi" son mucho mejores. 

Quiero probar, quiero volver a correr así.. Antes por supuesto tengo que volver a echar a andar los engranajes y leyendo el post de Mi familia en el pueblo "empezar a correr después de la maternidad" con el que me reí un montón y me entraron más ganas. Eso sí, teniendo en cuenta mis limitaciones físicas y pensando en que hasta que no lleguen las vacaciones no puedo planteármelo seriamente. 
Pero quiero hacerlo, quiero jugar al pillapilla con mis niños sin sentirme una abuela total... 

¿os animáis a correr así?

Mami C. 




19 de abril de 2017

Reflexiones blogueras


Desde que inicié este blog suelo seguir de manera casi diaria distintos blogs sobre maternidad, crianza, educación, familias... y hoy quería reflexionar sobre ello. 
Me encuentro una variedad asombrosa y abrumadora, desde blogs cuyas mamis se dedican exclusivamente a la crianza de sus hijos pequeños en casa y no realizan un trabajo fuera (obviamente su trabajo lo realizan en casa), madres que trabajan desde casa o madres que, al igual que yo, trabajan fuera de casa y en algunos casos tienen horarios muy complicados....
A lo que iba... 
Creo que en el mundo bloguero existe de TODO.. ¡y eso es lo que me gusta! Por una parte, aprendo muchísimo y reflexiono sobre la educación de mis tres hijos. Sí es cierto que, como en todo, hay actuaciones que no comparto, pero siento respeto hacia ellas porque, según muestran, les funciona y les va bien. Creo que existe mucho prejuicio en este mundillo y a veces hay poca tolerancia... Y digo yo: ¿acaso todas las familias son iguales? Cuando abrimos el blog lo dejé muy claro en la descripción: "un blog familiar donde cabemos todos, para familias de todo tipo". ¿Quién soy yo para juzgar el tipo de familias? ¡Nadie! Por tanto, lo que me gustaría desde aquí es llamar un poco a la unidad. 
Por ejemplo. cuando llego de primeras a un blog puede ser que me encuentre con temas que no me gusten, quizá pincho en varias entradas o puede que de algunos temas no comparta mucho las ideas... pero... ¿qué hago? ¿dejo por ello a un lado el blog? Pues no, le doy más oportunidades y me centro en buscar puntos en común, que los hay ¡seguro!
Al estar dentro de un grupo de facebook he conocido a otras mamás blogueras que son encantadoras y personalmente a veces no doy a basto para leer tan maravillosos contenidos. Sé que es difícil pero por ello me gusta desde el principio buscar su "botón" facebook para "engancharla" y que no se me pierda en la inmensidad. Quizá no siempre se pueda comentar o leer tooodas las actualizaciones, pero sí que me gusta dar a compartir la entrada o la página, para que otras personas puedan también disfrutar del contenido. 
Si te gusta, comparte.
Si no te gusta, respeta.
Si te encanta... comenta, sigue y ¡da señales de vida!
Me han llegado muchos comentarios del tipo "me encanta tu blog", "qué aspecto más chulo le has dado ahora a tu blog...", "qué ideas tan chulas para...(lo que sea)"... pero se queda solo en eso... Ni comparten en facebook o twitter ni te enlazan... Entonces no sé si hay un poco de "dejadez" o poco interés real....
El mes que viene será el primer aniversario del blog y estoy muy emocionada preparando y pensando en sorpresas y regalos. Para participar voy a pedir muy pocos requisitos y fundamentalmente será seguir la fanpage de facebook. 
Una de las cositas que voy a sortear 
Y tú.... ¿ya nos sigues? 
¡¡No te quedes sin la participación!!




24 de noviembre de 2016

Unas cuantas canas de más

Hola. 
No hace más de cuatro años,  en los que aún no había entrado en la treintena, el cabello de mi cabeza era bastante uniforme en cuanto a su color. Sí que cayó algún cambio de color que otro en aquellos años locos en los que el rojo invadió mi vida o el negro intenso. Pero ahora, mirándome al espejo veo que ya no uso un tinte por gusto o por dar un nuevo aire al pelo... sino por necesidad.... 
Ay madre, ¡por necesidad! 
La aparición de canas principalmente se debe a factores personales (la edad), la herencia genética y la vida actual (acciones). ¡Pero si tú no tienes canas! ... Que no tenga el pelo completamente blanco no significa que no tenga canas. Tengo. Y muchas. 
El caso es que en apenas tres años mis canas han ido en aumento y concretamente en estos últimos meses he visto esa necesidad imperiosa de usar tinte. No... no necesito un tinte cada 4 semanas, pero no porque no tenga canas sino porque intento no pensar mucho en ellas. 
Frases como : "no sé cómo puedes llevar tres niños para adelante, yo con uno me sobra", "cómo puedes estudiar, trabajar y llevar la familia"...  las escucho anchamente... pues vamos a ver... hay una frase que dice algo así como "Todas las madres son un poco desastre, solo que algunas lo ocultan mejor que otras". Y cuando me sueltan esas frases les contesto algo parecido. Eso sí, seré un desastre pero me consuela un poco el que realmente intento mejorar cada día. Es difícil, para qué mentir. Hace un año y algo escribí esta reflexión en mi anterior blog "Hay margaritas en mi balcón" y que aquí os copio:

Quizá existan las familias perfectas, yo no las conozco. Ni tampoco las mamás perfectas, ni los padres perfectos. La perfección en sí, como un todo, no existe. Existe el momento perfecto, existe el día perfecto, existen los planes perfectos, existen los libros o las pelis perfectas, pero en la vida real, no hay nada perfecto. Por eso, según pasa el tiempo, me voy dando cuenta de que buscar alcanzar la perfección en un ámbito muy amplio (familia, trabajo, economía, amistad...) es imposible. Y cuando te des cuenta de eso, más feliz podrás ser. Al principio, cuando mi hijo me pedía un helado me echaba a temblar... las manchas, la ropa, el pringue.... Era un sufrimiento verlo comerse un helado... ¿Y qué pasaba? Eso mismo, se comía el helado en tensión, con mil servilletas controlando lo que caía, con estrés... y ¿de qué sirve? Al final se iba a manchar de todas formas. ¿Ganaba yo algo? Sí, ganaba en estrés, agobio, malestar.... Ahora que se pida el helado que quiera el niño que ya se lavará, y si no pues habrá que usar quitamanchas, y si no pues habrá que frotar y se quedará un poco manchado... ¿y qué más da? Sólo es ropa. O solo es un pantalón, o solo un sofá....
En cuanto a la casa perfecta, esa que no tiene ni una mota de polvo, la que tiene todos sus armarios y cajones perfectamente ordenados, la plancha al día, la ropa sucia no está en la cesta sino limpia.... ¿Existe? Claro que sí, para una persona que vive sola o para una pareja. ¿Familias con niños/as? No existe. Por la misma razón por la que entonces no tendría sentido que fuera una familia. Sí que es cierto que es un engorro el tener que estar todo el santo día recogiendo, limpiando y ordenando porque como te descuides, el cúmulo se da en apenas unas horas... Pero, ¿de verdad es lo más importante? ¿No será más importante salir a dar un paseo, o ir a visitar a los abuelos o a las bisabuelas? ¿En serio? Lo primero, no es tener la casa de punta en blanco, claro está que hay que tener un orden y una higiene en casa, pero llegar al extremo de sentir ese estrés, ese agobio por tener todo controlado y todo perfecto...lo siento pero no va conmigo. Habrá supermamis que no lo entiendan, o personas que crean que es mejor que todos los juguetes estén encerrados en el armario y no se saquen nunca para no ensuciar o para que no se estropeen.... Si no los vas a usar, ¿para qué los quieres? Lo mismo pasa con el amor, si no lo vas a usar ¿por qué tenerlo? Los amigos perfectos ¿los tienes tú? Porque yo de esos no tengo, los tengo muy buenos, pero perfectos.... no. ¿Familia perfecta? Claro que no la tengo, ni la quiero, porque entonces no sería una familia, ni sería real, ni tendría sentido. 

Eso sí, siempre hay que buscar la perfección, sabiendo que ésta, no existe.


Y bueno, un tiempo después sigo pensando igual. 
Creo que las canas en mi caso vienen un poco acumuladas. 

Es hora de pasar por la peluquería 
:)
Mami C. 
Foto hecha por mí en Viveros Guzmán



¡Ganadora!

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Aviso que va a ser un post bastante largo...          Cuando éramos pequeñas mi madre y mi padre nos dieron uno de los mayores regalos q...

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