29 de octubre de 2022

¿A quién le da la vida?

 Quienes me conocen y tienen a bien saber de mi vida personal, saben mi situación actual. 

Pues bien, últimamente veo por todas partes la frasecica "NO ME DA LA VIDA", frase que he usado un pilón de veces pero que, al final, sí me daba la vida para hacer muchas cosas... pero, oh, oh... esos momentos de sí que me daba la vida en realidad era un más bien "se me va la vida" y en esos pequeños momentos que tengo últimamente de reflexión (que ya quisiera yo que fueran de meditación) me pregunto el por qué ahora soy incapaz de hacer varias cosas a la vez sin pifiarla. 

Y es que sí, ahora no me da la vida... 

La vida es eso que va pasando mientras a ti no te da tiempo a vivirla, así, tal cual. Seguro que de esto han hablado ya muchas personas, habrá libros dedicados a la organización, bla bla... Mira, pues yo he llegado a mi límite. 

¿Acaso será que en vacaciones mi mente ha desconectado TANTO que no soy capaz de hilar nada? Que todo me cuesta horrores en el trabajo, en casa, en mi mente. Es como si mi cuerpo fuera a un ritmo distinto a como lo hacía antes. ¿Será que he dejado el café de la tarde? ¿Será que a partir de mi edad ya todo se hace cuesta arriba? ¿Será que de manera inconsciente mi cuerpo dice que no se me ocurra meterle más caña? 

Así que ahora me veo y me siento (de sentir) cual abuela de 75 años... Eso es... 

Estoy de la rodilla fatal, de la memoria fatal, de coordinación regular, de agilidad mental de pena... Y no es que no me dé la vida... la vida me da pero a un ritmo muy distinto. Tanto como que me está costando mucho escribir ahora esto, porque no me concentro, porque si alguien entra en la habitación ya mi mente se disipa... No recuerdo lo que comí ayer ni cosas importantes a las que tengo que atender, y ello deriva en un malestar general que hace que me encuentre peor aún. 

¿Motivos? Fisiológicos en proceso de determinación, ya sabéis cómo van las cosas de palacio en cuanto a las pruebas médicas... y motivos psicológicos pues... no sé, quizá el estrés acumulado, las preocupaciones, las inseguridades, los miedos, las decepciones... no sé... puede ser cualquier cosa. Que si le sumas también el añadido de que tienes hijos en edad intensa... pues todo se multiplica, en este caso por tres. 

Que si te organizas todo va saliendo, lo sé. Y que hay que sacar tiempo para lo que te gusta, lo sé también. 

Que estoy aburrida de la ropa de verano, también. Que necesito el frío y el invierno. 

Los tés en la tetería o en casa, el abrigo y el jersey. Que se haga pronto de noche, que te dé frío en la ducha, que te tapes con el edredón y tengas los pies fríos para cabrear a tu parejo, que quiero mi bata azul, mi calcetines y zapatillas calentitos, que quiero usar el paraguas de Mary Poppins, que quiero el frío en mis cristales, usar bufanda y cuello vuelto, el babero de manga larga, las botas marrones y el panetone. La mantita en el sofá, los cinco minutos más los sábados por la mañana... 

Y hasta aquí este post churro de hoy, que como viene un puente para descansar pues me ha dado un huequito para escribir...

Sed buenos y buenas y dedicar tiempo a lo que de verdad importa, y a los amigos que de verdad están ahí, ya los conozcas desde hace un año o desde hace 20. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario es muy importante para mí ¡gracias por comentar!
Lee el AVISO legal arriba

¡Ganadora!

Premio Saboresfera 2020

Lista de cosas necesarias para ir de camping [con niños pequeños]

Aviso que va a ser un post bastante largo...          Cuando éramos pequeñas mi madre y mi padre nos dieron uno de los mayores regalos q...