Hola.
No hace más de cuatro años, en los que aún no había entrado en la treintena, el cabello de mi cabeza era bastante uniforme en cuanto a su color. Sí que cayó algún cambio de color que otro en aquellos años locos en los que el rojo invadió mi vida o el negro intenso. Pero ahora, mirándome al espejo veo que ya no uso un tinte por gusto o por dar un nuevo aire al pelo... sino por necesidad....
Ay madre, ¡por necesidad!
La aparición de canas principalmente se debe a factores personales (la edad), la herencia genética y la vida actual (acciones). ¡Pero si tú no tienes canas! ... Que no tenga el pelo completamente blanco no significa que no tenga canas. Tengo. Y muchas.
El caso es que en apenas tres años mis canas han ido en aumento y concretamente en estos últimos meses he visto esa necesidad imperiosa de usar tinte. No... no necesito un tinte cada 4 semanas, pero no porque no tenga canas sino porque intento no pensar mucho en ellas.
Frases como : "no sé cómo puedes llevar tres niños para adelante, yo con uno me sobra", "cómo puedes estudiar, trabajar y llevar la familia"... las escucho anchamente... pues vamos a ver... hay una frase que dice algo así como "Todas las madres son un poco desastre, solo que algunas lo ocultan mejor que otras". Y cuando me sueltan esas frases les contesto algo parecido. Eso sí, seré un desastre pero me consuela un poco el que realmente intento mejorar cada día. Es difícil, para qué mentir. Hace un año y algo escribí esta reflexión en mi anterior blog "Hay margaritas en mi balcón" y que aquí os copio:
Quizá existan las familias perfectas, yo no las conozco. Ni tampoco las mamás perfectas, ni los padres perfectos. La perfección en sí, como un todo, no existe. Existe el momento perfecto, existe el día perfecto, existen los planes perfectos, existen los libros o las pelis perfectas, pero en la vida real, no hay nada perfecto. Por eso, según pasa el tiempo, me voy dando cuenta de que buscar alcanzar la perfección en un ámbito muy amplio (familia, trabajo, economía, amistad...) es imposible. Y cuando te des cuenta de eso, más feliz podrás ser. Al principio, cuando mi hijo me pedía un helado me echaba a temblar... las manchas, la ropa, el pringue.... Era un sufrimiento verlo comerse un helado... ¿Y qué pasaba? Eso mismo, se comía el helado en tensión, con mil servilletas controlando lo que caía, con estrés... y ¿de qué sirve? Al final se iba a manchar de todas formas. ¿Ganaba yo algo? Sí, ganaba en estrés, agobio, malestar.... Ahora que se pida el helado que quiera el niño que ya se lavará, y si no pues habrá que usar quitamanchas, y si no pues habrá que frotar y se quedará un poco manchado... ¿y qué más da? Sólo es ropa. O solo es un pantalón, o solo un sofá....
En cuanto a la casa perfecta, esa que no tiene ni una mota de polvo, la que tiene todos sus armarios y cajones perfectamente ordenados, la plancha al día, la ropa sucia no está en la cesta sino limpia.... ¿Existe? Claro que sí, para una persona que vive sola o para una pareja. ¿Familias con niños/as? No existe. Por la misma razón por la que entonces no tendría sentido que fuera una familia. Sí que es cierto que es un engorro el tener que estar todo el santo día recogiendo, limpiando y ordenando porque como te descuides, el cúmulo se da en apenas unas horas... Pero, ¿de verdad es lo más importante? ¿No será más importante salir a dar un paseo, o ir a visitar a los abuelos o a las bisabuelas? ¿En serio? Lo primero, no es tener la casa de punta en blanco, claro está que hay que tener un orden y una higiene en casa, pero llegar al extremo de sentir ese estrés, ese agobio por tener todo controlado y todo perfecto...lo siento pero no va conmigo. Habrá supermamis que no lo entiendan, o personas que crean que es mejor que todos los juguetes estén encerrados en el armario y no se saquen nunca para no ensuciar o para que no se estropeen.... Si no los vas a usar, ¿para qué los quieres? Lo mismo pasa con el amor, si no lo vas a usar ¿por qué tenerlo? Los amigos perfectos ¿los tienes tú? Porque yo de esos no tengo, los tengo muy buenos, pero perfectos.... no. ¿Familia perfecta? Claro que no la tengo, ni la quiero, porque entonces no sería una familia, ni sería real, ni tendría sentido.
Eso sí, siempre hay que buscar la perfección, sabiendo que ésta, no existe.
Y bueno, un tiempo después sigo pensando igual.
Creo que las canas en mi caso vienen un poco acumuladas.
Es hora de pasar por la peluquería
:)
Mami C.
Foto hecha por mí en Viveros Guzmán |