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5 de noviembre de 2022

10 minutos para mí

 Que dice un buen amigo mío que si saco 10 minutos al día para mí...

HAHAHAHA.


Según el diccionario....

nombre femenino
  1. 1.
    Pensamiento o consideración de algo con atención y detenimiento para 

  2.  estudiarlo o comprenderlo bien; 
    "después de una profunda meditación había decidido aceptar"

  3. 2.
    Oración o rezo que se hace en silencio, o reflexión intimista sobre algún 
    tema espiritual o 

  4. trascendente; "los místicos y los ascetas se dedican a la meditación".

Soy una madre taxista, me falta añadir el taxímetro al coche para hacerlo más real... Y no, no sé qué es eso de los 10 minutos para mí, o quizá, no tengo muy claro a qué se refieren esos 10 minutos. 
Que tengo últimamente muchos despistes, lagunas mentales, incapacidad para hacer dos cosas a la vez y agobios por ello, eso lo sé. Que me tengo que repetir mentalmente las cosas 25 veces para que no se me olviden, que tengo unos lapsus muy poco propios de mí... En definitiva, no es que no tenga 10 minutos al día, es que no sé dedicarlos a mí. 
Ayer por la tarde, después de taxistear con los niños para llevarlos a actividades y vuelta, me puse un café en mi taza nueva (¿a que es bonita?) y también me agencié unos bollitos mediasnoches con paté y queso (sí, para la dieta que no hago) mientras me sentaba en el salón, mirando por el ventanal del salón la ventolera que hacía ayer en Málaga, saboreando mi café con leche y una poca de azúcar, a la vez que escuchaba a mi hija y su amiguita del cole jugar muy distraídas y a mi mediano jugar un rato con la switch.  Que no fue meditar... pues no sé, porque consideraba con atención pero no para comprenderlo bien, que ya era viernes y tocaba parar un poco. Que a los 5 minutos me escribía mi hijo mayor para decirme que le estaba empezando a doler la cabeza y que tenía que ir a recogerlo antes... 
Ya lo he contado varias veces y lo cierto es que me relaja conducir, en algunos momentos, esa relajación pasa por poner la música que a nadie le gusta a toda pastilla con las ventanillas bajadas, otras por ir completamente en silencio escuchando los sonidos de mi coche que ya tiene 11 años y no precisamente bien..., otras escucho con atención Radio Nacional de España, que ayer hablaban sobre que hay que comer más verduras y menos carne... Lo que pasa es que como ando tan despistada ahora, aunque me sigue relajando, ya no es tan placentero. Ayer intenté que fuese lo más relajado posible, por lo que salí antes de que me avisara, para ir de forma tranquila los 14 minutos de trayecto. 
Estoy aquí escribiendo, pero no estoy aquí. Estoy delante del ordenador soltando ideas tal cual salen, pero a la vez estoy escuchando la lavadora, con las sábanas que ahora tengo que colgar en el tendedero, que hace sol, esperando que suene el sonidito que indica "Ceci, abre la lavadora y tiéndenos"... y ahí está... ya ha sonado, por lo que ahora debo acabar de escribir y ponerme a cumplir con la rutina sabadil (esta palabra no existe ¿verdad?) porque quiero poner otra lavadora más (es lo que hay los fines de semana) y también quiero hacer una tortilla de patatas porque, eh... la prometiste la semana pasada y no la hiciste (palabras textuales) y es que, a lo mejor no sé hacer muchas cosas bien, pero la tortilla no es una de ellas. 
Creo que he tardado más de diez minutos en escribir esto, no sé si cuenta como 10 minutos para mí, amigo. 
A lo mejor puedo hacer cada sábado esos 10 minutos para mí escribiendo en el blog... No sé... no sé... mientras cuelgo las sábanas quizá madure este pensamiento...
Sed buenos y sacad 200 minutos para vosotros/as. 





20 de noviembre de 2017

Fractura del codo

Diferente. Un fin de semana diferente. 
Hoy probablemente habría escrito una entrada hablando sobre mi excursión-viaje a Madrid, lo que había hecho en el tren, el frío que habría pasado; los nervios de llegar y conocer a gente nueva en el directo de madresfera, el encuentro con Elena, estar sola conmigo misma, la experiencia de viajar sola... Pero no, eso no era para mí. Ya cuando compré los billetes tuve una sensación extraña, como de que no iba a usarlos al final. Me había comprado una mochila molona y un abrigo estupendo que se plegaba de tal manera que se podía meter en una minibolsa. Pero no, eso no era para mí.
Ya empecé a intuir que la semana iba a ser bastante complicada cuando el lunes pasado un estúpido en coche me embistió por detrás y ni siquiera se bajó del coche para seguidamente darse a la fuga no sin antes intentar atropellarme, cosa que a la policía pareció importarle un pimiento (al igual que le importaba un pimiento al estúpido del coche cuando le dije que iban tres niños en el coche). Y como no, no me equivocaba.
Entre situaciones complicadas en casa con temas que me traen frita porque no tienen solución y todavía tengo que ir dando explicaciones de por qué, y que el jueves estuve dos veces en urgencias, primero con el mayor con una contusión en el dedo y luego con la peque porque no paraba de toser y no había citas en el centro de salud, llegó el puñetero viernes, en el que no estaban mis padres para poder quedarse con la peque y que decidí quedarme en casa yo ya que no podía llevarla a la guarde con esa tos. Me llamó el director del colegio diciéndome que mi mediano se había caído en el colegio y que no tenía muy buena pinta. Sin poder dejar a la niña con nadie en un principio empecé a agobiarme hasta que mi suegra pudo pedir permiso en el trabajo para hacerse cargo de la niña y me fui a recoger a mi mediano. 
No, no tenía buena pinta. 
Al principio pensé que se le había salido el codo, pero yo de esas cosas sé poco así que lo metí en el coche y me lo llevé al Materno de Málaga para que lo vieran en urgencias.
Ya en la primera vista me soltó de sopetón: "esto tiene pinta de quirófano". Imaginaos mi cara en ese momento. Le hicieron rápidamente una radiografía y confirmaron lo que pensaban. Rotura del hueso del codo y operación esa misma tarde. Ahí ya no sabía si desmayarme o ponerme a llorar con el niño, pero no quería que él se pusiese peor así que intenté llevarlo con el nudo en la garganta haciéndole bromas a mi niño para que no pensara en todo lo que iba a pasar. Estaba sola. Mis padres no estaban (aunque llegaron después a pesar de estar muy lejos) y mi marido tampoco. Le pedí que por favor saliera del trabajo y se viniera hacia aquí en cuanto me dijeron que había que operarlo. Le escayolaron momentáneamente el brazo y le pusieron un pijama. No quería que le hiciesen nada, ni quitarle la camiseta. Para ponerle una vía fue todavía peor. 
Por la tarde estuvo encamado con calmantes y durmió bastante, hasta las 8 que lo llamaron para el quirófano. Era la primera vez que nos veíamos en esta situación, lo único más cercano a este tema fue en el momento en que supimos de la cardiopatía de la niña y sabíamos que teníamos tiempo para prepararnos. Pero esto fue todo muy rápido. Firmar y firmar papeles y a pesar de que todo el personal del materno fue muy claro y atento con nosotros yo no sabía cómo me sostenían las piernas. Qué momento más horrible cuando te dicen "ya tienes que esperar fuera". Y le susurras a tu niño al oído que lo quieres mucho y que dentro de un ratito volverás a verlo. Qué difícil fue no llorar delante suya. Él debía ver a una mamá tranquila y confiada y es lo que vio. O al menos eso creo. 
Pregunté cuánto podía durar la operación y me dijeron que una hora como mínimo y de ahí a dos, tres... dependiendo de si tenían que abrir o no. Al final no tuvieron que abrir y le colocaron bien los huesos y las agujas, por lo que en prácticamente 40 minutos nos llamó el cirujano para decirnos que había salido bien y que nos avisarían cuando se despertara de la anestesia. 
La primera noche en el hospital me quedé con él, y el pobrecito mío lo pasó fatal. 
La recuperación va a ser lenta y complicada. Es un niño muy nervioso y de momento el asistir al colegio lo vemos como algo poco probable. 
Quiero agradecer desde aquí a todo el personal del hospital que atendió a mi hijo antes, durante y mediante, desde el primero que lo vio hasta el cirujano (con gorro de Star Wars) que lo operó. 
Y gracias a todos los que se han preocupado por su situación a través de mensajes al móvil, a twitter, a fb...
Algunos pensaréis que soy una exagerada, que eso pasa muy a menudo con niños pequeños y que tampoco hacía falta hacer un post, que cada día pasan cosas muchísimo peores... lo sé  soy consciente, pero es que la semana pasada para mí fue una de las peores de mi vida, que además, iba a ser una semana muy chula con la excursión del sábado a Madrid, porque tenía mucha ilusión de vivir esa experiencia y se me esfumó. Que sí, que habrá más momentos pero la verdad es que ya me lo pensaré mucho antes de meterme en ese tipo de ilusiones. 

fotodemamiC.

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