Hace tiempo que Patri de Happymama hizo un llamamiento a todas las madres del mundo a través de su cuenta de IG para que las mamás que hayamos sufrido depresión postparto nos animásemos a contar nuestra experiencia. Justo me pilló en momentos de mucho trabajo y baja de ánimos para ponerme a recordar, así que lo dejé para más adelante y al final, por una cosa o por otra lo iba postergando.
Una de las ideas que pedía era contar nuestro testimonio, y bueno, creo que es algo íntimo que aunque pueda ayudar a otras personas al sentirse identificadas no puedo volver a recordar todo aquel proceso tan difícil de entender y con sensaciones y sentimientos tan tristes. Así que, pensándolo mucho, lo que sí quiero hacer es hablar sobre qué cosas te pueden ayudar a no llegar hasta el nivel en el que estuve yo, a través de mi experiencia.
Para hacer un poco más técnica esta entrada os copio lo que aparece en wikipedia sobre este tipo de depresión :
La depresión posparto es «la depresión que se inicia en las primeras doce semanas tras el parto,» debido al gran cambio que se produce con la llegada de un niño, con síntomas depresivos típicos: tristeza, sentimientos de desesperanza y de minusvalía, insomnio, pérdida de apetito, lentitud de movimientos, pensamientos recurrentes de muerte, síntomas físicos varios —molestias digestivas, dolor de cabeza, fatiga—, ansiedad elevada, etc. Este estado sí que necesita tratamiento.
Siempre partiendo del respeto a cada una de las formas de crianza y educación, mis consejos para no caer en esta enfermedad son estos:
El peso sí que importa: Si os digo que la realidad es que mi primer hijo no fue "buscado" aunque sí deseado me creeréis ¿verdad? Pues eso, la alegría del día de nuestra boda culminó con un embarazo. Sí, una no piensa que por una vez "no pasa nada... con lo difícil que es"... pues no, lo mío "cuajó" y a pesar de tener un viaje en avión (nos fuimos de viaje de novios a París y obviamente no pensaba que iba a estar embaraza ni por asomo)... Hice todas esas cosas prohibidas (tomé ensaladas en restaurantes, carnes poco hechas, bebí vino, me subí en avión, me monté en todas las atracciones de Disneyland, hice esfuerzos, tomé medicamentos...) Vamos, que si cuajó fue porque tenía que ser así. Estaba muy cansada y con muchas ganas de comer, algo que realmente no asocié hasta que supe que estaba embarazada y lo achaqué todo al viaje y la tensión de los días antes de la boda.
Aunque tuve un embarazo buenísimo, uno de mis problemas fue el APETITO. Sí, con mayúsculas. Primer error: aumento de peso extra, y diréis.. bueno, luego se pierde.... Pues decídselo a mis diez kilos de lorzas que acamparon a sus anchas durante 9 meses y que ahí siguen... no se mueven tan fácilmente. No digo que el médico no me llamara la atención (que sí lo hizo pero tampoco insistió mucho, pensando quizá que sería como aquellas mamis privilegiadas (mi envidia sana) que recuperan la figura hayan cogido 10,20 o 25 kilos. Yo a los 20 kilos dije "ya no me peso más".... Bueno, pensaréis ¿qué tendrá que ver el peso con la depresión postparto? Pues sí que tiene que ver. Dato importante: Jamás de los jamases te peses cuando vuelvas a casa recién paría... ¿por qué? Porque en un parto normal según cada mujer, se pierde aproximadamente entre 5 y 7 kilos que corresponden al bebé, al líquido amniótico, a la placenta y a parte del peso del útero y del líquido que puede haber retenido la madre, principalmente en piernas y manos. Por tanto, primer consejo postpartil: esconde el peso hasta que no pase al menos la cuarentena. .. Los momentos complicados vienen cuando quieres volver un poco a tu ropa de antes del embarazo y te pruebas un pantalón tras otro sin conseguir en algunos casos que pase del muslamen. Otro punto que sé que hice mal fue el mal control del hambre entre toma y toma. Para poneros en situación, mi hijo A. quería comer cada dos horas escasas, pero es que además, se pasaba al pecho una hora, media hora por cada pechuga. Con lo cual, si hacéis las cuentas veréis que yo apenas dormía y durante los primeros días, que además estás en modo regla a tope, con muchos puntos, una episiotomía y el agobio de las visitas en casa a todas horas... pues aquello era un poco difícil de sobrellevar. Pero ahí estaban, mirándome con cara de cómeme las tropecientas mil cajitas de bombones que me trajeron entre todas las visitas.... así que cada dos horas y poco atacaba los bombones, era como una especie de droga para mí, lo tomaba antes de dar el pecho y después, es decir, que probablemente me comía al día alrededor de 30 bombones (que se dice pronto ). A ver, diréis "pues vaya autocontrol ", pues no es cuestión solo de autocontrol, es algo que abarca muchas situaciones. Así que ahí va mi consejo, si os regalan cajas de chocolates, sacadlas para compartir cuando vengan las visitas y reparte entre tus familiares. No, no está feo, es por SALUD( física y mental). El chocolate me hacía sobrellevar mejor el no dormir y esa tristeza-alegría de los primeros días.
De todo esto nunca leí nada, nunca fui consciente de verdad del problema que serían para mí esos kilos de más y todo lo que derivó después.
La teta. Sí, como he dicho, mi hijo quería comer cada dos horas, lo cual hizo que la leche subiera a borbotones, era una central lechera en toda su esencia, ni los brazos podía cerrar, y era bastante incómodo el tema de los discos que siempre acababan empapados. He sido madre de tres y cada uno ha tenido una lactancia muy distinta en tiempo y forma. Con mi primer hijo tendría que haber hecho uso de un sacaleches (cosa que aprendí a usar con la pequeña, por eso lo recomiendo ) ya que tenía muchísima cantidad y perfectamente podría haberme sacado litros y litros para hacer las tomas más llevaderas. Ojo, esta es mi opinión personal según mis circunstancias personales, habrá bebés que coman cada tres horas y en veinte minutos sean capaces de saciarse (el caso de mi chica ) y otros que sean como el mayor. El caso aquí es que si tenéis la oportunidad de elegir un sacaleches, hacedlo, os puede ayudar mucho. Y el que os recomiendo es el de la marca medela, que me prestó mi amiga M. y que me salvó la vida con la peque.
Las visitas. Vengo de una familia en la que mi padre tiene 8 hermanos y mi madre 6, todo multiplicado por dos y por cuatro. Además de todos los grupos de amigos y amigas de los que formábamos parte en aquel momento. Y todos querían conocer al primogénito... a la vez casi.
Para que os hagáis una idea del nivel de agobio, imaginadme a mí, en paños menores (porque no me dejaban ponerme braguitas en el hospital) y 12 personas en mi habitación, algunas eran familiares directos pero otras eran conocidos o amigos no tan íntimos. ¿Qué hice? Me encerré en el baño y le dijer por favor a mi marido que o se iban y se quedaban tres o yo no salía, pero claro, eso está "feo" y ahí que tuve que poner cara sonriente e intentar sobrellevarlo, porque sé que la intención era buena, pero YO no me sentía bien. Iniciándome en la lactancia, aprendiendo a cogerlo, a cambiarlo... todo era bastante difícil de por sí, si encima tenías opinólogos bienintencionados pues aquello era para echar un poco más de carga encima.
Consejo: sed claros y sinceros. Obviamente la familia cercana (padres, madres y hermanos o hermanas) siempre es bueno que estén y te sientes cómodos con ellos. O alguna amiga íntima, pero al hospital, por favor, visitas muy cortas y espaciadas. Es un momento muy íntimo del que no disfruté en mi primer parto y que sí pude hacer con el segundo, lo cual fue muy positivo a nivel mental. Sé que con el segundo no es lo mismo porque las visitas se dilatan. Pero también supimos cómo gestionarlo.
El orden y limpieza en casa: A mí me agobiaba mucho el tener que estar pensando en tener la casa limpia y ordenada porque las visitas eran constantes. Si no teníais ayuda extra en casa de una empleada del hogar, pensadlo seriamente. Sé que si hubiera delegado en ese sentido, habría estado mucho mejor. Así que otro consejo : permítete esa ayuda, aunque sea durante los dos o tres primeros meses. Lo vas a notar.
Relativiza: la verdad es que con 26 años fui la primera de mi grupo de amigas en ser madre, lo cual no fue algo fácil para mí, porque la cosa cambia a todos los niveles. Cuando algunas aún no se habían ni planteado el casarse yo ya tenía mi primer hijo. Sé que he perdido algunas amigas por el camino, pero también sé que las que se quedaron, ahí siguen. No te apenes por eso, son situaciones que no puedes controlar, pero sí puedes controlar cómo te afectan.
Todas estas cosas que os digo os las transmito desde la experiencia, eso que dicen de que "la experiencia es un grado" es totalmente cierto.
Relativiza también con la familia, creo que los abuelos por ambas partes se sienten también responsables de ese nuevo miembro de la familia. Déjales que participen de ello pero no que se entrometan demasiado. Yo gracias a Dios tanto con mis padres como con mis suegros no he tenido problemas de ese tipo, sino todo lo contrario, ayuda 100% desde el primer momento.
Si algo que también aprendí de todo eso fue que el diálogo, principalmente con la pareja, era fundamental, y que no debéis tener miedo a explicar cómo os sentís en algunas situaciones. Sé que para los padres primerizos también es duro, queda en un segundo plano y tampoco es fácil para ellos. Déjate mimar pero mima tú también a tu pareja. Un hijo debe unir, no distanciar; aunque a veces hay momentos en los que inevitablemente distancia a las parejas que acaban por descomponerse.
Mi consejo: habla con tu pareja ANTES de pensar en tener hijos sobre cómo queréis que sea vuestra futura familia y dejaos aconsejar. Leed, libros, maravillosos blogs o hablad con padres recientes sobre temas que os preocupen y que os cuenten de verdad. Descubrir cosas que podrías mejorar es bueno para la pequeña familia. Yo confieso que no leí apenas nada. Que la única idea que yo tenía sobre los sentimientos de tristeza sobre los primeros días después de dar a luz fue ver a mi hermana que llegó la mañana de reyes a nuestra casa cuando ella ya había tenido a mi sobrina apenas días antes y se echó a llorar. Yo no podía comprender en aquel momento el porqué, ¡si debía estar feliz de tener a una niña tan bonita! Pero claro, luego supe el motivo por el que tuvo ese momento de bajón y que era algo puntual.
Disfruta y ríete más. Lo sé, sé que es difícil, pero también sé que al principio parece imposible, pero se logra. Haz algo de lo que hacías antes de ser madre que te encantara, aunque solo sean quince minutos. Date tiempo. A mí me relaja conducir, pues probablemente si hubiese conducido durante las primeras semanas durante quince minutos eso me habría ayudado.
Otra cosa que hice mal fue ver pelis que me ponían tristes (una de ellas fue Despertares). No lo hagas, ve pelis de acción y de animación, no contribuyas a tu tristeza con películas bonitas emocionalmente porque ¡no ayuda nada! Tampoco veas pelis en las que todo es super ideal... porque la vida real no es así. Ve documentales, cosas que realmente te suban el ánimo. Y hoy día, con internet y Netflix tienes la posibilidad de hacer esto.
Cuando me dí cuenta de que realmente no estaba bien, mi hijo ya tenía más de 6 meses y decidí buscar ayuda profesional. Ayudarme ayudarme... quizá no me ayudó directamente, pero sí ayudó a que mi pareja y mi entorno se dieran cuenta de que yo NO estaba bien. Me dio algunas pautas a seguir, pero tampoco fueron grandes consejos (al menos no tan buenos como los que os acabo de dar jajaja). Sé que esa persona fue madre después de haberme tratado y probablemente me habría dado otros consejos distintos: repito, la experiencia cuenta muchísimo. Por eso me he animado a contar hoy esto.
Tener un hijo no te cambia la vida, tu vida va cambiando cuando tienes un hijo, porque es algo maravilloso (si no, no os estaría contando nada de esto ni habría repetido dos veces más) y porque das un paso increíble hacia un mundo difícil pero que realmente merece la pena.
Con mis otros dos hijos no tuve depresión postparto, sólo esa pequeña pelusilla durante los primeros días en los que luchas internamente entre la felicidad plena y el agobio del momento.
Espero que os haya gustado mi post, y que lo compartáis en redes sociales y sobre todo que llegue a esas futuras mamás primerizas que puedan aprender un poquito más sobre este tema.
Y ya que estamos, que sigan a MADRESFERA porque ahí estamos todas esas familias, cada una con sus experiencias y vidas.
¡¡Buen finde, familias!!