Ayer finalizó el taller de escritura literaria que he realizado durante estos cuatro últimos jueves. Hoy quiero reflexionar sobre lo que ha significado para mí poder hacerlo.
Cuando a principio de curso se presentan los cursos de formación para maestros a través del CEP de Málaga, me llamó la atención que en uno de mis centros (ya sabéis que trabajo en tres) se subrayó con fosforito uno de ellos, y una nota a mano diciendo "¡lo hicimos el curso pasado y está muy bien!". Pues GRACIAS infinitas a esas compañeras que lo recomendaron porque no puedo estar más contenta de haberlo realizado.
Los maestros/as somos "entes" en continua formación, ya sea interna o externa, pero un maestro/a nunca deja de aprender. No he sumado todas las horas de formación continua que he realizado durante mis diez años de trabajo como maestra, pero os puedo asegurar que son más de 600 horas de formación externa (que se dice pronto), además de la formación anterior que llega a más de 300.
El caso es, que de todas esas horas de formación externa, puedo decir que exceptuando algunos cursos con los que he aprendido muchísimo, la mayoría han resultado tediosos en cuanto a la realización.
Sin embargo este taller de escritura ha superado con creces cualquier formación que haya podido realizar con anterioridad.
De estos cuatro jueves me quedo con lo siguiente:
1. Un taller es, según el diccionario, un "curso, generalmente breve, en el que se enseña una determinada actividad práctica o artística". Así que ha cumplido con su finalidad. He aprendido muchísimas cosas que no sabía, llevo más de veinte páginas de material muy valioso que se convierte en la base de ese empujón que hace tanto que espero: lanzarme a escribir, pero de verdad.

3. He flipado con el lugar de la realización del curso, el Museo de Málaga, con una historia increíble y que hasta que no he realizado el taller no había tenido la oportunidad de visitarlo desde que lo abrieron. El Museo como inspiración ha sido todo un acierto.
4. La ponente, Patricia García Rojo. No la conocía y no puedo estar más agradecida de lo que ha conseguido con el taller. Es una persona cercana, directa y sincera. Creativa y divertida, además de un poco fuguilla. Ha sido un placer disfrutar de ella estos días de formación.
5. María José Sanz, asesora del CEP de Málaga, muy implicada en la actividad y facilitando siempre la comunicación entre nosotros. Todo es más fácil cuando las personas disfrutan con lo que hacen, y eso se ve. Muchísimas gracias.
6. Tener ese momento para mí sola. Sin niños, haciendo algo que me gusta, con lo que he aprendido, con lo que he aprovechado el tiempo al máximo...

¡Buen fin de semana familias!