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14 de septiembre de 2017

Embarazos, Cardiopatía e internet

A veces la vida te hace pasar por momentos muy duros para mostrarte su cara más difícil y dura. Cuando estás embarazada y te preguntan que si querrías niño o niña, casi el 100% de las mamás contestamos que nos da igual con tal de que venga sanito o sanita. 
Cuando ya has tenido dos hijos anteriormente sanos (con sus pequeñas enfermedades típicas de la edad, que hacen que te preocupes en el momento y luego ya pasa) piensas que, bueno, la genética está siendo generosa contigo y decides ir a por un tercero o tercera en este caso. 
Cuando supimos que la tercera iba a ser niña nos alegramos muchísimo, ya teníamos dos niños y tanto papá L. como yo sabríamos lo que es ser padres de una niña también, aunque las diferencias son muy pequeñas en este caso, jeje. 
Tuve un embarazo muy malo, quizá haber tenido dos embarazos anteriores medianamente buenos no fue de gran ayuda porque no esperaba estar tan sumamente mal, con el añadido de que debía "estar bien" por el simple hecho de que tenía que atender a dos más además de trabajar. 
Desde el primer mes, al poco de saber que estaba embarazada empecé con muchas náuseas que se convirtieron en vómitos matutinos y algunos durante el día. Mareos, malestar general...En el primer  embarazo lo único que tenía era mucho apetito... (y ahí siguen las lorzas acumuladas) y en el segundo también tuve vómitos y náuseas, pero eran por la tarde cuando empezaba a encontrarme mal, lo cual en lo referente al trabajo no tenía preocupación alguna. Pero con la tercera... estaba horriblemente mal, lo cual le comenté a mi médico y me recetó las famosas pastillas Cariban (que para mí fueron en aquel momento la salvación al mal cuerpo que tenía). Al pensar en ello ahora quizá no volvería a tomarlas, no por nada, sino porque creo que todo lo "extra" que hagamos embarazadas tiene consecuencias a largo o corto plazo, tanto para bien, como para mal. 
Y aunque nunca se sabe a ciencia cierta si esas pastillas que hacían que yo estuviera mejor fueron negativas para mi pequeña, hoy día no volvería a tomarlas. 
Cuando en octubre de 2016 el pediatra auscultaba a A.C. en una cita médica a la que la llevé porque estaba enferma, me dijo "esta niña tiene un soplo", al ver mi cara de asombro (la niña tenía ya prácticamente 10 meses y la había visto él mismo en varias ocasiones) me dijo que no me preocupara que sería de tipo funcional pero que le iba a pedir una cita con cardiología.  Así que le hice caso y no me preocupé, pensé, ilusa quizá, que sería tal como él me había dicho. Y a los dos meses tuvimos la cita en el Materno. Verla tan pequeña allí tumbada en la camilla, con la cardióloga haciendo el ecocardiograma me pareció que no iba nada más que decirme, hala, que es solo un soplo funcional y que se cerrará en un tiempo. Pero no, empezó a hablarme con palabras que a mí me eran desconocidas totalmente, no porque no me supiera las partes del músculo del corazón sino porque estaba un poco en estado de shock, mi madre gracias a Dios estaba conmigo en aquel momento, recuerdo con exactitud la imagen de la pared de la aurícula central con casi 9 mm de hueco vacío. Sabía porque me lo habían comentado antes, que este tipo de soplos podían llegar a curarse solos con el tiempo, cerrándose al cabo de un tiempo sin necesidad de hacer nada más; así que le pregunté, mi ignorancia era tanta que me miró y negó con la cabeza, me dijo que si el hueco fuera la mitad que probablemente sí, pero que con esa medida era algo imposible, que había que operar más adelante. La cardióloga salió de la sala y me derrumbé al mirar a A.C., tan pequeña, tan bonita... que parecía mentira que lo que me acababan de decir era algo real. Luego le hicieron un electro y se portó más bien... 
Mientras esperábamos los resultados, no dejaban de pasar por allí pequeños bebés, algunos recién nacidos que ya habían pasado por algunas operaciones a corazón abierto y fue horrible verlos, tan pequeñitos, ver las caras de sus familiares... Está claro que yo no podría trabajar en ese mundo porque mi sensibilidad no me permitiría actuar. Salió otro cardiólogo que me dijo que bueno, que no era un soplo funcional pero que tenía una cardiopatía que podía operarse y que dentro de la gravedad, no era de lo peor que puede ocurrir. En eso sí llevaba razón. 
No nos dijeron nada más, solamente que habría que verla en diez meses y que tuviera una higiene dental adecuada (A.C. aún no tenía ningún diente). 
Y ya han pasado 9 meses.
9 meses, los mismos que la llevé en mi vientre. Y el mes que viene vuelven a verla en cardiología. Y yo no he mirado nada en internet. No he buscado ni cómo la operarían, ni nada referido a este tema. 
A veces la desinformación en estos casos es lo mejor. Hace un par de días sí que estuve mirando un poco el tipo de cardiopatía y dentro de las diferentes variantes, es la más "leve", leve para quien lo lee, para mí la sensación que tengo es de un temor por dentro cada día desde que lo supe.. A veces la tengo en brazos y la miro y pienso en que en algún momento en el futuro tendré que verla entrar en un quirófano y empiezo a llorar de tristeza, impotencia o debilidad, qué sé yo... 
El caso es que he escrito esto porque en un mes vuelven a verla. Y no sé qué nos dirán... Vivir con esto no es fácil y a veces parece como que no tiene importancia, quizá para otros no la tienen, para mí, que soy su madre, es una de las peores situaciones por las que he tenido y tendré que pasar. 

Al salir de la guarde